La verdad es que yo nunca he sido un fanático de los espacios dedicados a conversaciones, chats o, como se llaman ahora, “Redes Sociales” de Internet. No soy capaz de entender como la gente pueda estar enganchada a un ordenador con el fin de hablar con amigos, conocidos, en algún caso, y desconocidos en otro. No lo comprendo por que para mi es más cómodo, divertido y sobre todo cercano, estar con mis amigos, verles la cara y divagar sobre temas, a veces intrascendentales, entorno a una taza de café. O a la gente ya no le gusta salir por las calles, o algo tendrán estas “Redes Sociales” para atraer a tanta gente.

300.000.000 millones de personas registradas en Facebook no son cifras para menospreciar algo, aunque no seas seguidor de ello. Y aun no siendo amigo de estos entornos, he de confesar una cosa; yo, como tantos otros, he sucumbido a la tentación, me he dejado llevar por el que hasta ahora suponía el “Lado Oscuro” y me he registrado en Facebook.

La verdad es que el entorno te marca. Soy uno de los ultimos compañeros de iLUNE en darme de alta. La información que llega hasta nuestros oídos, por lo general, nos hace tener una opinión, o hacer cosas que igual no se nos hubiera ocurrido realizar en caso de no haber escuchado nada.

Las redes sociales pueden no ser del agrado de todos, pero todos hemos oído hablar de ellas y quieras o no, el ser humano, que es curioso de nacimiento, necesita indagar en ellas.

Pero cuidado. Como dice el refrán, no es oro todo lo que reluce. Necesitas entender bien y manejar con efectividad estas aplicaciones, ya que el más mínimo descuido puede tener consecuencias en tu entorno más cercano. Ver lo que la gente comenta, descubrir la vida de otras personas a través de las fotos que han colgado en su “Muro”, puede no ser del todo tan atractivo en el momento que te descuidas y publicas algo indebido.

Aunque, bien mirado, aún me cuesta manejarlo y no lo entiendo muy bien, pero soy humano, soy curioso, tengo una cuenta en Facebook, amigos en el muro… no se que hago escribiendo este artículo pudiendo estar publicando fotos, cotilleando las de otros y metiéndome en conversaciones ajenas.

Así que si el público demanda estos entornos y cada vez nos queda menos tiempo para dedicar a quedar con los amigos o familiares, no seré yo el que critique las “Redes Sociales”.

Como dice la frase: Si no puedes con tu enemigo, únete a el.

Felicidades a Facebook.