Soy capaz de defender este principio ante cualquiera. De hecho he tenido que hacerlo en muchas ocasiones. Y es que creatividad e innovación sumadas dan como resultado un elemento imprescindible en la comunicación: diferenciación.

Hacer las cosas diferente llama la atención. Llamar la atención en publicidad se consigue por dos vías: la que acabo de explicar es una, la otra es pagar por ello. En estos tiempos de ahorrar costes, la primera opción resulta mucho más interesante que la primera. Y con esto no quiero decir que la primera vía sea gratis. Las buenas ideas se pagan también, pero el coste es menor y mucho más rentable.

Como ejemplo os traigo esta acción de Kellogs en Londres para presentar su nueva línea de Special K. Pero que pudiera ser de cualquier otra empresa, aunque sea una pequeña empresa navarra. La notoriedad que conseguiría quizá no llegaría al ámbito internacional, pero el ámbito regional/nacional está asegurado si se realiza un buen trabajo de comunicación.

Se trata de una tienda real cuya moneda de cambio es la reputación on line. Es decir, se paga con tweets. Así, como lo oyes. Se llama The Tweet Shop y compras tus productos tuiteando sobre ellos con el hashtag #Tweetshop (en mi opinión el único pero en cuestión de branding de esta acción) En la pantalla de la tienda pueden verse los últimos tweets que se han lanzado con el hashtag.


La acción es novedosa, el coste lo desconozco pero no parece mucho, la repercusión: hasta en este blog navarro estamos hablando de la marca como innovadora ¿No os parece que sale rentable?