Mucho se ha hablado ya del suceso de la cuenta falsa en Twitter de NaBai y su repercusión política. No hablaré de política, eso se lo dejamos a los expertos. Sin embargo, conviene reflexionar sobre las implicaciones comunicativas de estos hechos.
De un lado las causas. De otro las consecuencias. Y en todo la identidad digital de propios y ajenos.
Si consideramos identidad como aquello que nos define con rasgos diferenciadores a personas, marcas o comunidades, hemos de tomar como referencia lo que uno mismo dice, y lo que otros dicen sobre uno. Pero no solo eso, también proteger nuestra marca. Así, la noche del domingo se pudo vivir un pequeño caos en Twitter debido a lo que otros decían en nombre de NaBai a través de la cuenta @NaBai2011.
¿Qué pasó? ¿ NaBai no tiene cuenta oficial en Twitter? Nada más lejos, la tiene y la utiliza: @NafarroaBai2011. ¿Entonces? Twitter, como otras herramientas sociales, es gratis. Cualquier persona puede abrir una cuenta en unos minutos y convertirse en fuente informativa. Antiguamente para suplantar la identidad de una marca era necesario invertir en medios de comunicación de pago… hoy no es necesario. ¿Es esto un peligro? No debería si tanto marcas como profesionales de la información hacen su trabajo, aunque nadie estamos exentos de culpa en este aprendizaje continuo sobre la web social.
Hace un tiempo ya hablamos de algunas implicaciones y necesidades para las marcas personales este periodo político, y debemos traducirlas al ámbito de los partidos.
Estos hechos pueden suceder en cualquier momento y debemos estar alerta y a la escucha, pero siempre podemos poner algunos filtros:
- reserva de cuentas: en todas las redes sociales y con todos los nombres relacionados con la marca. Con Namechekr (por ejemplo) podemos visualizar aquellas cuentas libres.
- verificación de la cuenta de Twitter: a través de los pasos que nos ofrece @Twittboy para asegurar la fiabilidad y oficialidad de la cuenta.
- coherencia de marca: la identidad no la configuramos únicamente con lo que decimos, sino también con lo que transmite desde dónde lo emitimos: el nombre de la cuenta, los avatares, los logotipos… Si la web de NaBai es www.nabai2011.com ¿por qué la cuenta de Twitter oficial es @NafarroaBai2011? ¿y en Facebook? Sucede algo similar
Sin embargo, más preocupante que el hecho en sí, es la repercusión mediática. ¿Cómo algunos medios de comunicación dan por verdaderas informaciones sin contrastar las fuentes? Sí, Twitter es una fuente (aunque algunos políticos no lo consideren como tal), por eso mismo es necesario contrastarla. Mucho se habla de periodismo ciudadano, de inmediatez… pero no podemos dejar de realizar nuestro trabajo por la urgencia. Si disponemos de la noticia ¿tenemos que esperar a mañana para publicarla en el papel? Es lo que muchos periódicos se están planteando desde que nacieron las redes sociales. Y ahí, la importancia reside en que la información, el contenido, sea real… no por crear para Internet podemos permitirnos licencias o modos de hacer diferentes, sino impregnar el trabajo en la Red de lo que ya se hace en la vida offline.
A todo esto hemos de sumar el movimiento #sinpreguntasnohaycobertura o el ya famoso manifiesto Petición Pública que remueve aún más la relación medios-clase política. Solo una reflexión final: cuidemos nuestra propia credibilidad para que no nos la deterioren otros.