Corre el año 1981 cuando Tim Gill y Mark Pope fundan en Denver, Colorado, QUARK. Inc. una herramienta de procesamiento de textos creada para el Apple II y el Apple III. En 1986 Fred Ebrahimi se unió a Quark consiguiendo lanzar, con mucho éxito, la empresa al mercado internacional. Mientras que la primera versión sólo para Mac se lanzó en 1987, la versión para Windows apareció en 1992, logrando convertirse rápidamente, durante la década de los 90, en la herramienta de trabajo preferida por los profesionales de la autoedición y los impresores gracias en parte a la versión 3.3 (1996).

En 1993, Aldus con su aplicación pionera PageMaker dio por perdida la batalla que venía librando con Quark, tras perder la conocida como Primera Guerra de la Autoedición Profesional. La situación empezó a cambiar en 1994 con el acuerdo de fusión entre Aldus y Adobe  que incluía el desarrollo de distintas aplicaciones, si bien la razón de fondo de la operación era Shuksan, que en San José rebautizaron como K2, el germen de lo que después sería IN DESIGN y que vería la luz en 1999 con el firme propósito de constituirse en la alternativa al monopolio que durante 12 años venía ejerciendo Quark Inc.
Al margen de la historia, la práctica es muy distinta. Mientras un sector de los usuarios creen que Quark a dejado de ser la aplicación de referencia en el sector de las artes gráficas, el otro afirma sentirse contento con la aplicación que durante tantos años les ha dado un resultado tan satisfactorio como gratificante.
Sin embargo, frente a estos mal llamados nostálgicos, se encuentran las nuevas generaciones de profesionales del sector que elevan a los altares a InDesign sin dar un voto de confianza al viejo Quark.

Es cierto que Quark tiene sus años y que ha perdido terreno frente al saber hacer del todo poderoso InDesign. Es cierto que deberían ponerse las pilas si no quieren ser, esta vez ellos, los que pierdan la segunda Guerra de la Autoedición Profesional. Es cierto que cada vez son mas los que, ante esta dejadez de desarrollo de la aplicación, optan por un cambio, pero, en mi humilde opinión, deberíamos recordar que han sido muchos los años que hemos disfrutado de una gran aplicación y que, aunque sólo fuera por añorar los tiempos mejores, deberíamos realizar un acto de reflexión y confiar en el repunte de un programa que nos ha acompañado durante tanto tiempo, y que no deseo que desaparezca como le sucedió al FreeHand.
Aunque os diré algo: si bien yo soy usuario de ambos programas, el tiempo se agota y avanza a pasos agigantados más si cabe en las nuevas tecnologías, y muy rápido tiene que llegar ese cambio que esperamos, ya que de lo contrario, yo seré el primero que con gran tristeza diré: Adiós Quark, hola InDesign.